El Festival Internacional de Cine de San Sebastián 2025 y el cine asiático

Menene Gras Balaguer

SAI / SAI: disaster (2025) de Yutaro Seki y Kentaro Hirase

Sobra decir que el Festival Internacional de Cine de San Sebastián (SSIFF) 2025 se consolida como un festival de cine español, pero también como puente para el cine europeo en general y de algún modo también para el cine asiático, con diferentes variantes que oscilan según la producción anual y la correspondiente selección de títulos. Para el director del festival, José Luis Rebordinos, la selección de títulos debe poner el acento en las producciones más recientes en el ámbito internacional, con una clara preferencia por el cine francés e internacional en general, además de lo dicho, y por el cine asiático procedente de las grandes industrias cinematográficas de Asia. El mapa de la programación muestra el diferente impacto del cine asiático para audiencias cuya presencia no deja de crecer exponencialmente cada año, y un balance desigual que queda superado con la excelencia de algunas producciones. El cine asiático ha estado tan presente en la Sección Oficial como en otras secciones del festival, mostrando una clara preferencia por el cine chino y japonés, como es habitual. Aunque quizá este año se acuse doblemente este hecho, es importante tener en cuenta que no existe un límite específico a las producciones que se proyectan, entendiendo que es un festival abierto a las culturas del mundo y a todas las geografías, afianzando conexiones y queriendo ser un evento de primer orden, que difícilmente encuentra rival en nuestro país. El SSIFF se ha situado entre los grandes festivales europeos, como Cannes, Rotterdam, Berlín, Locarno y Venecia, y es un referente como ellos dentro y fuera del país, que se hace eco anualmente de lo que tenemos que ver.

La historia de estos festivales y su continuidad son una garantía para una industria que la creación de plataformas y otros medios de comunicación ha alterado. Cabe recordar, que el Festival Internacional de Cine de San Sebastián se fundó en 1953 como la Semana Internacional de Cine, y este año ha llegado a la edición número 73. El Festival de Cine de Venecia se fundó en 1932, inicialmente como una Mostra para dar a conocer y promocionar el cine italiano. El Festival Internacional de Cine de Locarno se fundó también en 1946 y sigue siendo uno de los más antiguos. La Berlinale se fundó en 1951 en Berlín Occidental con el objetivo de superar los estragos del final de la Segunda Guerra Mundial, y, su programación, al igual que la del Festival de Cine de Rotterdam, fundado en 1972, comparte el interés por promocionar el cine independiente y el carácter inclusivo, abarcando geografías que otros festivales internacionales ignoran. El Festival Internacional de Cine de San Sebastián forma parte de este grupo de festivales europeos a seguir, tanto por su programación como por todo lo que mueve y genera. De los que se nombran aquí, es el último del año y por consiguiente tiene la ventaja de poder reunir las producciones más recientes que se han podido ver en los festivales de referencia, o aquellas que aún no se han visto en ninguna parte. El festival se ha convertido en un referente, a su vez nacional e internacional, tanto en el sector de la industria, como en el de la comunicación y la prensa, reuniendo y conectando a productores/as, distribuidores/as, directores/as, actores y actrices, con todos los públicos durante el período de nueve días que transcurren desde el inicio hasta la clausura y entrega de premios.

Nan Fang Shi Guang / Before the Bright Day (2025) de Tsao Shih-Han.

La pasada edición ha sido una celebración del éxito del mejor cine español más reciente. Un cine que el festival de Málaga también consagró poniendo en conocimiento del público otros títulos que no han tardado en circular por el mercado español e internacional. Pero, entre las derivadas interesantes asociadas a la programación de producciones asiáticas, el festival, como suele ser habitual, ha recogido una selección de títulos procedentes del cine japonés más reciente. El criterio se ha extendido en lo concerniente al cine chino, cuyo actual crecimiento es un hecho indiscutible, rivalizando con otras industrias cinematográficas que hasta ahora parecían sobreponerse. La programación de los respectivos títulos pertenecientes al continente asiático ha tenido en cuenta prácticamente todas las secciones.  En la Sección Oficial han tenido cabida Her Heart Beats in Its Cage (China, 2025) de Qin Xiaoyu, el drama psicológico Sai/Sai Disaster (Japón, 2025), de Yutako Seki y Kentaro Hirase, y Climbing for Life  (Japón, 2025) de Junji Sakamoto; en la Sección New Directors, Nighttime Sounds (China, 2025) de Zhang Zhong Zhongchen, Shape of Momo (India y Corea del Sur, 2025) de Tribeny Rai, White Flowers and Fruits (Japón, 2025) de Yukari Sakamoto, y  Before the Bright Day (Taiwan, 2025) de Tsao Shih Han; en Zabaltegi-Tabakalera, Brand New Landscape  (Japón, 2025) de Yuiga Danzuka, y Two Seasons, Two Strangers (Japón, 2025) de Sho Miyaki; en Perlak,  It Was Just An Accident (Irán, Francia y Luxemburgo, 2025), la Palma de Oro de Jafar Panahi, y otros títulos en la sección NEST, en Kulinary Zinema, con Morte Cucina (Tailandia, 2025) de Pen-Ek Ratanaruang y en la Sección Klasikoak. Por último, cabe nombrar la coproducción La Tregua (España-Kazajistán, 2025) presentada en las Galas de RTVE, un drama basado en hechos reales que se remonta a los campos de concentración, que se convirtieron en fábricas de producción, donde los rusos internaron tanto a opositores al régimen y a disidentes como a los españoles que llegaron a Rusia tras el fin de la guerra civil.

Entre las noticias destacadas del festival, merece mencionar la firma de un acuerdo de colaboración entre el Festival Internacional de Cine de San Sebastián y el Festival de Cine de Shanghái, considerado uno de los más grandes del mundo. El acto tuvo lugar el sábado 20 de septiembre en el Club de Prensa del Kursaal, durante la Noche del Cine Chino presentada por Tony King, la subdirectora general del Shanghái International Film & TV Events Center Ing. El acuerdo contiene varias líneas de colaboración que se basan en el intercambio de producciones, y una comunicación más fluida entre ambos festivales y la industria. Esto puede facilitar tanto la programación de cine español en China como la presencia del cine chino en el SSIFF de cara al futuro y la circulación de este cine en el mercado español e inversamente del cine español en China. Por ambas partes se puso de manifiesto el interés mutuo para revalidar el acuerdo en las próximas ediciones, y dar visibilidad a lo que se ha firmado.

Shiro no kajitsu / White Flowers and Fruits (2025) de Yukari Sakamoto

A este acuerdo se suman el Encuentro internacional de programadores y profesionales del sector que se suele celebrar durante el festival, y el Pacto de coproducción entre España y Filipinas, que forma parte del Plan Estratégico presentado en San Sebastián, y que contempla el crecimiento exponencial de la industria cinematográfica en las principales regiones del continente. Más allá de los acuerdos bilaterales ya existentes y, partiendo de la idea de que el cine es un lenguaje universal, así como lo son sus historias, oficialmente se ha hecho público el interés por cuatro países asiáticos, China, Corea del Sur, Filipinas e India, coincidiendo con el Año Dual España India, que el ICAA (Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales) ve como una oportunidad y un marco estratégico para las relaciones con este país en el sector audiovisual, a la par que en la economía, la industria y el turismo en general. El cine filipino es todavía un gran desconocido en nuestro país, por lo que la Quezon Film Commission, a través del Qcinema International Film Festival, hizo constar oficialmente en San Sebastián su intención de lanzar un proyecto de colaboración con España y Latinoamérica basado en la coproducción, entre 2026 y 2028.

A pesar de lo dicho, el balance finalmente no es fácil de establecer en lo que respecta a la presencia asiática en la programación de esta edición del SSIFF, que, no obstante, ha seguido siendo testigo del auge imparable del turismo de pantalla, como dice Sergio Basurko, que se deja ver en los grandes festivales, aunque no en el día a día de las salas de cine, cuando estos se acaban. De hecho, el porcentaje de películas asiáticas en el cómputo global de la programación suele variar de una edición a la siguiente, teniendo en cuenta la producción cinematográfica anual de los países más representados y los movimientos de una industria que se impone. No siempre es posible reunir en cada edición todos los títulos que se creen imprescindibles, sea cual sea el país de origen, pero el intento se hace. En esta ocasión, ha sido el cine español el que ha ocupado el centro de la programación con grandes producciones como Los domingos (2025), Los tigres (2025), Maspalomas (2025) o Historias del buen valle (2025), todas en la Sección Oficial, con muy pocas producciones rivales. China, Japón e Irán han tenido su espacio, que seguramente veremos extenderse en 2026, después de los acuerdos y encuentros que se han celebrado en la presente edición. En cambio, Corea del Sur no ha tenido la misma visibilidad que en años anteriores. La única mención para este país ha sido como coproductor. Por mucho que esto pueda sorprender, quizá en la próxima edición su presencia revelará de nuevo el gran cine que se sigue haciendo y el crecimiento expansivo de su industria audiovisual.

Jianyu Laide Mama / Her Heart Beats in Its Cage (2025) de Xiaoyu Qin